Si hay un tango famoso, sin dudas es éste. Como saben, hay muchísimas versiones. La idea del blog no es poner todas las versiones que se hacen de un tema, sino poner las que a mi humilde entender están mejor logradas o son más significativas, por lo tanto es algo muy subjetivo y absolutamente discutible. Quien quiera aportar otra versión, o comentario siempre es bienvenido.
Este tango fue escrito por Enrique Santos Discépolo en 1934 para la película «El alma del bandoneón», que se estrenó en febrero de 1935 y cuya protagonista principal era Libertad Lamarque.
Aquí algunas versiones. Que disfruten!
Versión: Julio Sosa (Uruguay)
Versión: Tita Merello (Argentina) con Francisco Canaro (Uruguay)
Versión: Roberto Goyeneche y Astor Piazzolla (Argentina)
Versión: Edmundo Rivero (Argentina)
Versión: Buitres (Uruguay)
Versión: Sumo (Argentina)
Versión: Raúl Seixas (Brasil)
Versión: Joan Manuel Serrat (España)
Versión: Nacha Guevara (Argentina)
Versión: Adriana Varela (Argentina)
Versión: Juan Carlos Baglietto (Argentina)
Letra:
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador…
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón…
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril…
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás…!
¡Dale, que va…!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar…!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao…
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley…